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Siervas de Maria

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Madre Soledad (María Consuelo) Sanjurjo Santos

Datos Biográficos

Pintura Soledad Sanjurjo estampa

Nace Madre Soledad Sanjurjo Santos en Arecibo (Puerto Rico), el 15 de noviembre de 1892, siendo la sexta de los hijos del matrimonio formado por don José Sanjurjo González, oriundo de Galicia (España) y de doña María de la Palma Santos del Toro, joven puertorriqueña de San Juan.

Recibe el Bautismo el 3 de abril de 1893, en la Parroquia de San Felipe Apóstol de Arecibo, "hoy Catedral de San Felipe". Se le impone el nombre de María Consuelo.

La paz que reinaba en el hogar de los Sanjurjo Santos, se vio pronto alterada por una gran e irremplazable pérdida. A la edad de 45 años fallece Don José Sanjurjo, María Consuelo apenas cuenta 6 meses.

La joven viuda se esfuerza en atender a sus hijos hasta que la tuberculosis hace presa en ella y, sólo cuenta 38 años cuando sucumbe ante la enfermedad el día 10 de julio de 1901, en San Juan, P.R.

No había cumplido María Consuelo los 9 años, cuando ya no puede contar ni con el cariño ni con el apoyo de sus padres. Los familiares la internan en un asilo de  niñas huérfanas denominado "La Protectora", asilo que fue regido ya en sus comienzos por las Siervas de María. Allí pasó María Consuelo, su niñez y adolescencia.

El roce de María Consuelo con las Siervas de María y su espíritu abierto a todo lo espiritual, hicieron que pronto brotara en ella la vocación religiosa, siendo   admitida, el 4 de agosto de 1909, como postulante en la misma Comunidad de las Siervas de María de Río Piedras, a la que tan ligada estaba a su vida.

Al no contar la Congregación con un Noviciado en las Antillas, María Consuelo se traslada al que el Instituto tiene en la Casa Madre, en Madrid. El 31 de mayo   de  1911, toma el hábito religioso. En este día cambia su nombre por el de María Soledad, con el que será conocida como religiosa Sierva de María. Dos años   más tarde, 1 de junio de 1913, emite su profesión temporal y, de nuevo en Antillas, tiene lugar su profesión perpetua en Santiago de Cuba con fecha, 30 de abril   de 1921.

Admirando cuantos la tratan sus dotes de gobierno, prudencia y clara inteligencia, acompañado todo ello de una gran sencillez personal y humildad a toda   prueba, el 18 de agosto de 1939 se le nombra Superiora de la casa de Matanzas y sucesivamente desempeñó el mismo cargo en Manzanillo y San Juan. El 20   de  julio de 1950 es nombrada Superiora Provincial de Antillas, fijando su residencia en La Habana, donde estaba establecida la Curia Provincial.

En este periodo emprendió uno de sus proyectos más acariciado: "la erección de un Noviciado, para las jóvenes vocaciones que iban surgiendo en las Antillas". Gracias a su celo la Congregación se extendió con las Comunidades de Santo Domingo, Santiago de los Caballeros y La Vega en la República Dominicana. Otros tantos Sagrarios que se abrieron en compensación de los que con honda pena tuvo que ver se cerraban en Cuba.

Es reelegida para el mismo cargo de Superiora Provincial el 25 de julio de 1954, cesando el 19 de marzo de 1959 y pasando como Superiora a la Comunidad de San Juan de Puerto Rico. Tres años más tarde y siempre en San Juan, donde se había trasladado la Curia Provincial de Antillas a causa de la revolución de Cuba, Madre Soledad Sanjurjo, el 29 de junio de 1962, pasa de nuevo a desempeñar el cargo de Superiora Provincial. Sufre un infarto de miocardio en 1965, pero recuperada, aún desempeñará esta responsabilidad hasta 1966 en que, libre de toda responsabilidad de gobierno, es destinada a San Juan donde permanecerá hasta su muerte, admirando todo el mundo durante esos sus siete últimos años, su dedicación a las Hermanas, su oración continua, su sencillez y bondad.

Supo envejecer de pie. Aceptando cada día como un nuevo don. Rindiendo al máximo según sus posibilidades. Aportando lo que sencillamente podía aportar, gozosa de hacerlo, sin reservas, cargando de entrega y cariño cada una de las cosas que hacía.

El Señor, a quien ardientemente anhelaba, vino a buscarla el 23 de abril de 1973, eran las diez de la noche de un lunes de Pascua. Muere el olor de santidad. Su Proceso de canonización se inicia en la Catedral de San Juan el 24 de febrero de 2004. Dos días más tarde, sus restos fueron exhumados y descansan en el coro alto de la capilla de las Siervas de María en la Casa de San Juan de Puerto Rico.